martes, 28 de octubre de 2008

Artista invitado: Eugenia - Wendy

Wendy (una querida amiga del foro de rollermadriz) nos regala con esta cronica de la ruta que hicimos este Domingo. Antes de cederle el testigo solo quiero deciros que fué una ruta fantastica y esforzada. Valió la pena (sin duda) el esfuerzo que hicimos para llegar hasta el final.

Aquí un video hecho por Jali en el que se nos ve patinando por el anillo



Y aquí el anillo en toda su gloria:



Ruta en patines 96239 - powered by Inlinemap



Crónica anillo verde E-Mail
Escrito por Wendy

El último domingo de octubre de 2008 un grupo de intrépidos aventureros patinadores decidió realizar una hazaña épica: hacer el recorrido íntegro del anillo ciclista que cierra Madrid, en sus 65 kilómetros de extensión. No se trataba de una ruta cualquiera… esto superaba incluso las cañeras rutas X de los miércoles. Este grupo se llamó “el equipo V”. V no de victoria (aunque lo fuera), sino de “viaje”. Porque después de esta experiencia iniciática ya nada volvería a ser como antes…

CRÓNICA ANILLO CILCISTA DE MADRID EN PATINES. 26 DE OCTUBRE DE 2008.

El último domingo de octubre de 2008 un grupo de intrépidos aventureros patinadores decidió realizar una hazaña épica: hacer el recorrido íntegro del anillo ciclista que cierra Madrid, en sus 65 kilómetros de extensión. No se trataba de una ruta cualquiera… esto superaba incluso las cañeras rutas X de los miércoles. Este grupo se llamó “el equipo V”. V no de victoria (aunque lo fuera), sino de “viaje”. Porque después de esta experiencia iniciática ya nada volvería a ser como antes…

Para estar patinando durante ocho horas seguidas hay que tener mucho gusto por las ocho ruedas…. Hay que ser muy amante de este deporte… o sencillamente ser muy “friki”. Por mucho sol que hiciera. Porque llegados a cierto punto del kilometraje las articulaciones empiezan a vibrar… las rodillas a notar el cansancio. Sin embargo el espíritu vuela a la par que se deslizan tus ruedas. Por eso somos felices. Por eso rodamos, y rodamos…. Y rodamos…

Esta crónica no empieza al principio de la ruta. A las 10 en el punto de encuentro: Lago. Sencillamente porque la que aquí suscribe se unió en el parque de Mar de Cristal, casi al lado del Parque de Santa María, apodado más tarde Puerto con sus consiguientes risas… y ya explicaré por qué.

30 kilómetros llevaban a sus espaldas los osados patinadores que me recogieron a toda mecha como el coche escoba. Lo que sí sé, de esas tres horas de aventura, es que hubo muchas cuestas (arriba, que son las peores). Mucho esfuerzo, mucha ilusión y cantidad de patinadores que, como si me estuvieran dando el relevo a mí y a los que habían quedado en el Parque de Santa María, nos unimos a este viaje. Queda constancia de los que decidieron no continuar más en las fotos.

La ruta seguía con un sol de justicia. El tiempo nos acompañaba y nos hacía sentir ridículos cargando con ropa de abrigo que, sin sospecharlo, agradeceríamos en las cañas celebratorias del final de la ruta, otra vez en Lago.

Pero aún quedaba mucha jornada por delante. Patinadores que no cesaban de llamar para unirse, abandonar o sencillamente preguntar. La “élite”; esos compañeros y amigos que se habían puesto a sí mismos el reto de completar el anillo íntegro. Los impulsos, las risas, el sudor, la adrenalina… los tramos de carril más desastrosos y la (también desastrosa) costumbre de los viandantes de pasear por esa superficie roja que quizá en sus mentes no saben para qué está

La ruta dio para momentos históricos, antológicos, que resumo a continuación:

- Momento “Puerto de Santa María”: a lo tonto a lo tonto empecé a llamar así el parque porque en mi vida había estado por allí, aun residiendo en Madrid desde mi infancia. Acabamos refiriéndonos todos al lugar con ese nombre, que no le venía nada mal dadas las cuestas de las que disfruta. Para la eternidad, mi aventura comenzó en el Puerto. ¿Y los barcos? De tanto repetirlo ya casi casi sentíamos que los habíamos visto. ¡Ay el aroma del mar! (eh, eh! Que Madrid no tiene playa vaya-vaya!).

- Momento “bocadillito”: el hambre hace mella al acercarse la hora de la comida, así que Mónica y Mariano deciden bajar la marcha y parase a comprar bocadillos. La sorpresa llegaría con el precio (¡6 eurazos!) que hacía intuir que algo raro pasaba. Sí señores: bocadillos de una barra entera, con relleno impresionante. Nada de lonchas finas y transparentes. El autor del manjar debió de verles cara de hambrientos , o de ruteros. Lo mismo da, que da lo mismo. Esos bocadillos dieron tanto de sí que hasta alimentaron a algunas “pedigüeñas” en la comida como Maria José y Wendy, osease yo.

- Momento “un rayo de sol uo-o-o”: no pudo hacer mejor clima para nuestra comida-picnic. El sol nos bañó con su luz y calorcito. Tanto es así que algunos aprovechamos para tomar el sol y dejar que el “cris-cris” de sus efectos deleitaran nuestra piel. ¡Que levante la mano de entre los asistentes el que no esté un poquito moreno… o quemado!

- Momento “centralita”: Emilio se lleva el premio a la “centralita rodante”, recibiendo llamadas constantes y sin perder la sonrisa. Todo el que quería saber de nuestra posición debía contactar con Emilio (quien por cierto hacía el anillo entero por segunda vez).

- Momento “ay já que van con patines”: y es que nuestra aventura nos introdujo por los vericuetos del chabolismo en Madrid. El anillo es así: impredecible… sorprendente. Incluso a veces desaparece para reaparecer de nuevo unos metros más allá.

Nuestro paso por las chabolas nos dio para saludar a gitanos allí congregados y superar como pudimos las aguas fecales que corrían por el suelo, además de un camión de bomberos y dos cisternas de limpieza del ayuntamiento que nos salpicaron a su paso. Surrealista total. Nuestros rodamientos NO nos lo agradecían.

- Momento “Kuroma on-the-floor”: el cabecilla del grupo en el momento de pasar bajo un puente en la citada zona de las aguas residuales vio cómo se iba al suelo por su patín encallado en el fango. Suerte que es un “dark-roller” y como tal se lo tomó con humor y además, viene siempre preparado con varias camisetas. Eso sí, igualitas y negras, OF COURSE.

- Momento “esto es un carril bici porque está pintado de rojo, y punto”: ¡un tramo de carril era de adoquines! Eso si… rojitos, rojitos

- Momento” Sara pierde taco y rueda en una mega-bajada”: un OLÉ por la “prota” que dominó los nervios a pesar del percance y consiguió salir ilesa mientras que yo le preguntaba desde atrás “¿sabes frenar en T o te freno yo?”. Luego Anita y yo la ayudamos a recuperar las partes perdidas, a recomponer el patín para seguir la marcha, mientras los demás nos esperaban a lo alto.

- Momento “para-para-¡¡PARA!!”: …eso era lo que nos gritaba Sammy con los brazos en alto y cara de susto a todos en una zona del carril llena de obstáculos y problemas, a su paso por la Casa de Campo, en Campamento. Allí había arena, tierra, hojas, palitos, agua… una cuesta y niños a la espera de que nos cayéramos. Con una cinta desenrollada de las de cassette a lo ancho a ver si… ¿nos enganchábamos y caímos? ¿? La recomendación de Sammy era buena. Lo mejor era parar, pero resultaba imposible. Aún así, y pese a la nubareda de polvo que montamos, no se cayó nadie.

- Momento “no necesito patinar todos los días porque yo hago otras cosas”: ante la cuestión “¿hacemos fondo mañana lunes en el Retiro?” todos estábamos de acuerdo en que ni de broma. Ni siquiera ruta light. Yo comenté que además no necesitaba patinar todos los días, porque también hacía otras cosas ;) Las mentes malpensantes cogieron el comentario como cachondeíto para los restos

- Momento “un hurra por Murcia”: Carlos estaba de invitado ese fin de semana en Madrid y se hizo el carril enterito como un campeón. ¡Nos vemos en San Javier! ¡Estás más que entrenado para la maratón!

- Momento “oiga señora que esto es un carril bici!”; ya vamos estando acostumbrados… pero sigue habiendo gente que no respeta el carril, aunque tengan uno para ellos en paralelo a éste. Eso hizo que tuviéramos que sortear, “slalomear”, saltar… ¡El próximo anillo lo vamos a llamar carrera de obstáculos!”

- Momento “feria latina en casa de campo-a ver quién pone la música más alta”: nuestra meta estaba cerca. Patinar bajo el “túnel” de árboles otoñales con todo tipo de tonos amarillentos en la casa de campo fue emocionantísimo. El asfalto, tan malo, nos hacía polvo los pies cansados de tantos kilómetros. Una música ensordecedora… una sobre otra, y cientos de personas congregadas. ¿Era una verbena? No. Sencillamente ellos son así.

- Momento “LO HEMOS CONSEGUIDO”: la felicidad es absoluta. Los que lo han completado entero se sienten orgullosos. Los demás nos sentimos igual. No creo que nadie hiciera poquitos kilómetros. La hazaña es memorable. Las endorfinas a tope y nos auto-dedicamos un aplauso previo a la foto-finish. En realidad TODOS hemos hecho el anillo.

- Momento “lo celebramos con cañas y comentamos las mejores jugadas”: eso nos hace pensar qué es mejor, si la caña o las cañas. A pesar del frío –el solete se había marchado hacía horas- concluimos, como siempre, que es un todo. Estamos exultantes. No lo repetiremos en mucho tiempo, pero ¡ha valido la pena! Ha sido un día fantástico, fantástico, fantástico.

Los que participamos sabemos que hay muchos más momentos. Seguro que me dejo tantas cosas en el tintero…

Nos quedamos con la sensación maravillosa del patinaje en sí mismo, de avanzar kilómetros y kilómetros impulsados por nuestras propias piernas. Para los que no pudísteis/quisisteis venir en esta ocasión debéis saber que es una gran experiencia.

Que no deja de ser curioso poder dar una vuelta en redondo a Madrid, en el mismo día, y pasar por parajes tan distintos, por superficies tan curiosas… por paisajes otoñales que nos saludaban a nuestro paso bañados por un sol que parece que quiso despedirse por esta temporada ese domingo (no hay más que mirar al cielo lluvioso de estos días). Y como dijo Kakra durante la comida “en la próxima ruta habrá que llevar libras esterlinas en el bolsillo, no sea que acabemos en… ¿Londres?”.

Sois unos fenómen@s. Con domingos así la sonrisa no se borra del rostro ni aun con las lluvias más infernales. El cuerpo se cansa….¡ pero el espíritu se alegra! es una ecuación perfecta.

Mariano , Emilio, Sergio, Jali, Mónica, Marcos, Carlos y más… ¡ debéis estar orgullosos de hacerlo enterito!

Madrid. Hora de inicio de la aventura 10:00 a.m. Hora de finalización 18:30 p.m. Más de ocho horas patinando. Señores roleñ@s: ya tenemos un anillo en nuestro currículum.

EUGENIA (WENDY)

2 comentarios:

Unknown dijo...

Al habla (o a la tecla) Wendy:) Qué honor, Kuroma, estar de invitada en tu web con la crónica. Gracias, amigo! Fue un verdadero placer patinar con vos, y todos los demás .Besos

Kuroma dijo...

y con tigo siempre es un placer ^.^ Un abrazo.